Infecciones en la columna
Infecciones en la columna
Dr. Jesús Francisco Meza Sáinz
Neurocirujano
Las infecciones de la columna pueden ser por gérmenes purulentos o por tuberculosis, siendo esta última la más frecuente.
El diagnóstico, la evolución, el tratamiento y el pronóstico de las infecciones en la columna son difíciles e inciertos en algunos de los casos.
¿Qué tipos de infecciones existen?
Se le conoce como espondilodiscitis infecciosa a las infecciones sépticas del raquis, cada día en aumento, siendo la más frecuente en nuestro medio.
Las infecciones que afectan al espacio discal son secundarias a cirugía de disco. La infección inicia a nivel de una de las placas vertebrales y después pasan al disco.
El germen causal más frecuente es el estafilococo dorado, sin embargo, también pueden presentarse por bacilos gramm negativos.
Clínicamente, se presenta por dolor y rigidez a nivel de espalda baja, en forma repentina, con limitación de movimientos secundaria al espasmo muscular. Se asocia a fiebre, leucocitos y velocidad de sedimentación globular aumentada. Los RX de columna muestran la lesión aproximadamente a las cuatro semanas con erosión de las placas vertebrales, así como disminución del espacio intervertebral.
La resonancia magnética mostrará aumento de señal en T2 secundario a la reacción inflamatoria, así como cambios característicos de las espondilodiscitis. Algunas veces es necesaria la punción, aspiración o biopsia directa de la lesión para el diagnóstico y el cultivo del germen causal. El tratamiento es reposo, antibióticos por vía venosa así como inmovilización con corsé.
En general, este manejo médico es suficiente y resolutivo, salvo casos específicos, con destrucción ósea e inestabilidad secundaria, donde se valora la posibilidad o necesidad del tratamiento quirúrgico. En la mayoría de las ocasiones es difícil y no posible, el identificar el germen causal, teniendo cultivos negativos, por lo que el tratamiento se basa en una combinación de antibióticos y seguimiento clínico radiológico. .El tratamiento puede ser desde tres hasta seis meses dependiendo del caso.
Espodilodiscitis tuberculosa
También conocida como mal de Pott, o tuberculosis vertebral. La columna vertebral es el lugar donde más frecuente se presenta la tuberculosis ósea, la localización más frecuente es entre T-6 y L-3. Ante cualquier lesión de disco intervertebral se debe pensar en una tuberculosis ósea.
El bacilo de Koch, causante de tuberculosis, viaja a través de la vía hematógena por medio de las arterias segmentarios o por vía venosa a través del plexo de Barton. Radiológicamente, tiene características especiales como son la xifosis angular en la columna torácica, así como la presencia de proceso de caseificación y los abscesos fríos.
Se presenta como un dolor crónico, progresivo, poco intenso, que limita la movilidad y se asocia a mal estado general. El diagnóstico muchas veces es clínico, que se corrobora por estudios de laboratorio. Se deberá efectuar examen bacteriológico, baciloscopia, cultivo, reacción de mantoux y BH completa.
En relación al tratamiento, en caso de no existir destrucción avanzada de los huesos, el médico: requiere de corsé toracolumbar para el manejo del dolor y espasmo, asociado a la quimioterapia antituberculosa; tratamiento que dura en promedio de nueve meses. La cirugía está indicada en casos de formación de abscesos que requieran drenajes e inestabilidad de la columna por destrucción ósea.
Dr. Jesús Francisco Meza Sáinz
Neurocirujano.
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